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EL DIÁLOGO DE LOS SEPULTUREROS

por Julián Axat

Tierra de los Padres de Nicolás Prividera, es en cierta manera la confirmación del William Shakespeare universal del que habla Harold Bloom. La relectura criolla de la (máquina) Hamletiana puesta a andar para las nuevas generaciones que cargan con el peso de la herencia. Los father-spirits- susurrantes viven de la tragedia partera del barroso río-sangre-sanguijuela pegada a la carne, mármol de la Historia o historia o (H)ijos de (h)ijos... Pero en este breve ensayo quiero detenerme en la burocracia del cementerio, lo cual supone -en todo caso- la vigencia de Shakespeare y Kafka en la vida cotidiana de las tumbas argentinas. Los sepultureros de la Recoleta son los personajes invisibles, contracara de los próceres demasiado visibles. La (h)istoria contra la (H)istoria. Los (h)acedores debajo de los (H)acedores. La trama es el invisible ejército de plumeros que baten el polvo de esa (H)istoria y se entremezcla con una milicia que agrega ornamentos, o la de aquellos que echan paladas de tierra sagrada o meten los huesos de los heroes en osarios; o los guardias que abren-cierran el telón y protegen el perímetro de profanaciones, necrofilias,  perversiones sexuales de turistas dentro de nichos y panteones. La necrópolis crece y decrece en un perímetro agotado fuera de espacio y tiempo, en una suerte de ciclo donde todo es polvo para que “los otros” plumereen. El ciclo del obrero de cementerio es un corsi et ricorsi, se sucede por generaciones de obreros que estuvieron allí (como esa imagen del viejo cuidador de que se descubre dentro de una bóveda, porque los obreros también tienen lugar para sus estatuas escondidas). La (H)istoria de los próceres, abolengos y estatuas es en cambio -hegelianamente- lineal, para ellos esa (H)istoria reserva un final: la salvación de su espíritu. Pero no hay (H)istoria sin estafa, aun dentro de la tragedia (no dije farsa). El punctum de la película es la escena en la que la cámara logra capturar al pasar, el dialogo entre dos empleados del cementerio, comentando sobre si tal (S)eñora les dio una mísera propina por hacer un arreglo florar en una lápida. El murmurar de los obreros, es una “conspiración” que deja expuesta la queja que obtura o amputa la latencia de rebeldía, la verdad sobre la que descansa el monstruo: la Estafa”. El punctum filmico de un dialogo sobre el que reposa toda la obra Hamlet de Shakeaspear. No hay (H)istoria sin Sepulturero. No hay pompa en la (H)istoria argentina, no hay aura de los héroes como manifestación irrepetible de su lejanía sin pacto subyacente entre amo y esclavo. El ardid tramado entre Heroe y Sepulturero, dos caras de la misma moneda, dispuestos a engatusar a la ciudadanía del futuro, a los turistas y alumnos billiken que se paseen por estos Pasajes. En este pacto hay un trafico ilícito sobre la que se monta “la Patria”.  Es decir, todo el Cementerio es una gran Estafa: si el blanco quiere seguir sosteniendo el aura de su lápida debe pagarle al negro sepulturero para que sostenga la (H)istoria como vitrina para los incautos. Pues si el negro obrero tiene que hacer creer que la muerte nunca es igualadora para el blanco de abolengo,  es la gracia del barroco la que sale cara; sus  encantos se paga, y la dádiva es su único fundamento. Esta es la dialéctica del amo y el esclavo: el sepulturero cabecita negra no puede salir de la lógica que lo tiene entrampado igual que el procer amo. Ambos son hacedores de la vitrina. La imposible des-alienación del burócrata de cementerio es no poder odiar al amo-procer para cortarle su cabeza, o bien profanar su lápida, o arrancar las cabezas de sus estatuas. En vez de dejar que todo se pudra, que el mármol se manche y todo se llene de polvo, la imposible rebelión del sepulturero ante su amo, es un paraisitismo por partida doble. Un Fraude planeado entre dos. Las migajas de ese pacto subyacente, es una revuelta truncada en la que el Sepulturero como oprimido le pide coima o vuelto a la señora paqueta que quiere mejorar el arreglo floral o pasar plumero a la inscripción de la tumba. Ahora sí podemos meternos de lleno en Shakespear, entenderán que Prividera no ha hecho más que recordarlo. Copio textual:

HAMLET - Escena I  (Cementerio contiguo a una iglesia)

Sepulturero 1º

¿Y es la que ha de sepultarse en tierra sagrada, la que deliberadamente ha conspirado contra su propia salvación? (...)

(…) ¿Quieres que te diga la verdad? Pues mira, si la muerta no fuese una señora, yo te aseguro que no la enterrarían en sagrado.

Sepulturero 1º

En efecto dices bien y es mucha lástima que los grandes personajes hayan de tener en este mundo especial privilegio, entre todos los demás cristianos, para ahogarse y ahorcarse cuando quieren, sin que nadie les diga nada... Vamos allá con el azadón... Ello es que no hay caballeros de nobleza más antigua que los jardineros, sepultureros y cavadores, que son los que ejercen la profesión de Adán.

Sepulturero 2º
Pues qué, ¿Adán fue caballero?

Sepulturero 1º
¡Toma! Como que fue el primero que llevó armas... Pero, voy a hacerte una pregunta y si no me respondes a cuento, has de confesar que eres un...

Sepulturero 2º
Adelante.

Sepulturero 1º
¿Cuál es el que construye edificios más fuertes, que los que hacen los albañiles y los carpinteros de casas y navíos?

Sepulturero 2º
El que hace la horca, porque aquella fábrica sobrevive a mil inquilinos.

Sepulturero 1º
Agudo eres, por vida mía. Buen edificio es la horca; pero, ¿cómo es bueno? Es bueno para los que hacen mal; ahora bien, tú haces mal en decir que la horca es fábrica más fuerte que una iglesia, con que la horca podría ser buena para ti... Volvamos a la pregunta.

Sepulturero 2º
¿Cuál es el que hace habitaciones más durables que las que hacen los albañiles, los carpinteros de casas y de navíos?

Sepulturero 1º
Sí, dímelo y sales del apuro.

Sepulturero 2º
Ya se ve que te lo diré.

Sepulturero 1º
Pues vamos.

Sepulturero 2º
Pues no puedo decirlo.

Sepulturero 1º
Vaya, no te rompas la cabeza sobre ello... Tú eres un burro lerdo, que no saldrá de su paso por más que le apaleen. Cuando te hagan esta pregunta, has de responder: el Sepulturero... 

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